jueves, 11 de octubre de 2012

La culpabilidad del hombre

1:18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo 
contra toda impiedad e injusticia de los hombres 
que detienen con injusticia la verdad; 
1:19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, 
pues Dios se lo manifestó. 
1:20 Porque las cosas invisibles de él, 
su eterno poder y deidad, se hacen 
claramente visibles desde la creación 
del mundo, siendo entendidas por 
medio de las cosas hechas, de modo 
que no tienen excusa. 

1:21 Pues habiendo conocido a Dios, 
no le glorificaron como a Dios,
 ni le dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus razonamientos,
 y su necio corazón fue entenebrecido. 
1:22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,
1:23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza 
de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 

1:24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, 
en las concupiscencias de sus corazones, de modo que 
deshonraron  entre sí sus propios cuerpos,

1:25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y 
dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito 
por los siglos. Amén. 


1:26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es
contra naturaleza,
1:27 y de igual modo también los hombres,
dejando el uso natural de la mujer, 
se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos 
hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 

1:28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a
 una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
1:29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad,
 avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
1:30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios,
 altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
1:31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 

1:32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican 
tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se 
complacen con los que las practican.

Romanos 1: 18-32

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