miércoles, 12 de septiembre de 2012
Ananías y Safira
5:1 Pero cierto hombre llamado Ananías,
con Safira su mujer, vendió una heredad,
5:2 y sustrajo del precio, sabiéndolo también
su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a
los pies de los apóstoles.
5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó
Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo,
y sustrajeses del precio de la heredad?
5:4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida,
¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón?
No has mentido a los hombres, sino a Dios.
5:5 Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró.
Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
5:6 Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo,
lo sepultaron.
5:7 Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró
su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
5:8 Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad?
Y ella dijo: Sí, en tanto. 5:9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis
en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los
que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
5:10 Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró;
y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta;
y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
5:11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia,
y sobre todos los que oyeron estas cosas.
Hechos 5: 1-11
Al señor Nuestro Dios no podemos mentirle pues él todo lo sabe.
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Espero que tu visita a este blog te sirva de algo después de leer su contenido y que Dios nuestro Señor te bendiga mucho.
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